Todo el mundo puede cometer faltas de ortografía en algún momento. No es cuestión de saber o no saber escribir. Pueden ser descuidos, prisas, pequeños vicios que hemos ido adquiriendo con el tiempo… O puede, incluso, que sea porque estás escribiendo en una lengua que no es tu lengua materna.
Pero de cometer alguna que otra errata a equivocarse continuamente hay una diferencia sustancial. Una falta de ortografía, si no es muy descarada, puede pasar inadvertida. Un texto lleno de faltas por todas partes, en cambio, deja con un mal sabor de boca.
El lector empieza a cuestionarse si el autor realmente sabe de lo que habla. O si la empresa que ha escrito ese post, ese correo electrónico, ese texto de su web… es realmente una empresa seria.
Índice
Por qué las faltas de ortografía dañan tu credibilidad
El buen contenido es buen contenido. Incluso si está mal escrito, no lo vamos a negar. Un lector puede pasar por alto algunas cosas cuando se le está hablando de algo importante para él.
El problema es que no todos los lectores lo van a entender.
No todos lo van a tolerar.
Si recuerdas el post anterior, hemos dicho que hay muchos tipos de lectores: unos son más exigentes que otros y lo que puede ser aceptable para unos, puede ser un pecado mortal para otros.
Hay faltas de ortografía que chirrían. Hacen que se te quiten las ganas de seguir leyendo un post. Las reacciones a un texto corporativo con faltas de ortografía pueden ser muy variadas:
- Si no sabe utilizar las «b» y las «v» correctamente, ¿por qué debería fiarme de los consejos que me están dando?
- Si esta empresa no cuida su «Quiénes somos» y comete un montón de faltas, ¿por qué debería pensar que es una empresa seria?
- No puedo concentrarme en lo que me están diciendo. Las faltas de ortografía me llaman más la atención y me provocan continuos ataques de risa y sensación de vergüenza ajena.
En otras palabras: da igual lo buena que sea tu empresa. Las faltas de ortografía te hacen perder credibilidad. Y además, distraen la atención del lector sobre lo verdaderamente importante: lo que estás diciéndole.
Cómo evitar las faltas de ortografía en tu sitio web
Evitar las faltas de ortografía no es algo que se consiga en poco tiempo. Si no escribes de manera habitual, es muy probable que te lleve tiempo eliminar algunos vicios de la escritura que hayas ido aprendiendo.
Sin embargo, hay cosas que puedes hacer para no cometer faltas de ortografía en tu página web. Déjanos que te demos algunos consejos.
1. Vuelve a leer lo que has escrito
Muchas veces tenemos faltas de ortografía en nuestros sitios web porque… no nos hemos parado a leer lo que hemos escrito. A veces no es que no sepas cómo escribir bien una palabra, o dónde va una coma. Simplemente, lo has escrito rápido y no te has dado cuenta del error.
Los textos, sin embargo, conviene revisarlos antes de apretar el botón de publicar. De esa manera, nuestros textos ganarían mucho en calidad y profesionalidad.
2. Utiliza un corrector ortográfico
Tanto WordPress como Microsoft Word y OpenOffice disponen de un corrector ortográfico. Éste te señalará en rojo las palabras que están escritas. Es verdad que no siempre son muy buenos. A veces te subrayan palabras que están escritas en otro idioma y no las entiende. Por ejemplo, el corrector ortográfico de WordPress me ha señalado la palabra «Microsoft» en rojo.
Pese a que el corrector no es perfecto, sí que te puede ayudar a percibir las erratas que has cometido. Luego tú decides si la palabra que has escrito es realmente correcta o no. Porque a veces el corrector se equivocará.
3. Usa el diccionario
En Internet dispones del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española de forma gratuita. Puedes consultar asuntos de semántica, por ejemplo cuando desconoces el significado de una palabra. También dispones del Diccionario Panhispánico de Dudas, que te permitirá informarte sobre qué es lo normativo en los asuntos en los que hay más duda o polémica.
Hay puntos en los que la Real Academia de La Lengua ha resultado muy permisiva y ha generado un poco de confusión. Por ejemplo, yo todavía me resisto a utilizar el «solo» sin tilde indistintamente. Lo escribo con el acento diacrítico («sólo») cuando tiene el significado de «solamente», mientras que lo escribo sin tilde («solo») cuando se trata de un adjetivo.
En ocasiones, si no me termino de aclarar con un término, también puede ser útil pedir ayuda a otros. Los foros de Wordreference, por ejemplo, no sólo son útiles para traductores. Disponen de un tópico de «sólo español» donde puedes consultar tus dudas.
4. Acostúmbrate a leer
La mejor manera de escribir sin faltas de ortografía es leer a otros. A otros que escriban bien, claro está. Intenta leer todos los días al menos 30 minutos de un buen libro: una novela, un ensayo, un artículo de periódico… lo que sea.
Sin darte cuenta, tu mente se irá acostumbrando a escribir las palabras de manera correcta. Incluso irás aprendiendo nuevo vocabulario que luego podrás utilizar en tus textos cuando sea oportuno.
5. No dejes que el SEO te haga escribir con faltas
Hay personas que escriben artículos de blog con faltas de ortografía… a sabiendas. Y lo hacen porque, por lo visto, en las búsquedas de los usuarios se puede apreciar que mucha gente escribe la palabra mal.
Entonces ellos, creyendo que es una keyword diferente de la palabra bien escrita, utilizan la palabra incorrecta en sus artículos para que se puedan posicionar también cuando los usuarios cometen un error ortográfico.
¿Cuál es el problema de todo esto? Pues que Google se ha ido volviendo muy listo en los últimos años. El buscador no sólo es capaz de relacionar palabras con sinónimos y términos propios del mismo campo semántico. Además es capaz de corregir palabras que has escrito mal. Seguro que en más de una ocasión te ha sacado ese mensaje de «quizás quiso decir…» cuando escribiste una palabra mal.
Además, los resultados de búsqueda que te va a sacar para la palabra mal escrita y la bien escrita van a ser los mismos. No vas a conseguir ninguna ventaja por cometer una falta de ortografía a propósito.
6. Deja que alguien lo lea antes de publicarlo
Si conoces a personas hábiles para la escritura, déjales que lean el texto antes de publicarlo. Puedes enviárselo por e-mail y pedirles que te den su opinión, o le echen un vistazo para ver si hay faltas.
Te ayudará el hecho de saber que el artículo ha pasado por otra persona además de ti. Cuatro ojos ven mejor que dos.
7. Copia a los mejores escritores
Cuidado, no estoy diciendo que tengas que hacer «copypaste». Pero para escribir un texto siempre te viene bien basarte en un modelo. Si te fijas, hay frases, estilos y formas de comunicar las cosas que son muy similares entre sí.
Aunque no utilices las mismas palabras (no deberías), escribir un texto fundamentándote en otro que esté bien escrito te ayudará a cometer menos errores que si lo escribes directamente.
8. Busca en Google lo que no sepas
Sobre todo, por ejemplo, cuando tenemos que escribir palabras en otro idioma, el nombre exacto de una persona, el título de un artículo periodístico o científico, el nombre de un libro… Hay cosas que no se escriben fácilmente de memoria. Entonces, es normal que puedas cometer algún error. Porque, aunque conozcas el concepto o, incluso, cómo se pronuncia esa palabra, eso no quiere decir que sepas cómo escribirla.
Consultar en Google puede ser de gran ayuda cuando tenemos dudas sobre cómo escribir un término en concreto. Si hiciéramos esto más a menudo, muchos de los errores que arrastramos y repetimos a lo largo de un artículo podrían evitarse.
# – Un consejo extra: tampoco te obsesiones
Que uno cometa faltas puede convertirse en una de las excusas perfectas para no escribir o para procastinar.
«Al texto le falta todavía mucho por mejorar, no sé si voy a publicarlo. Es posible que aún queden algunas faltas y me da miedo que si lo publico me lo echen en cara los lectores»
Aunque debemos ser cuidadosos, éste es el extremo al que no hay que llegar. Un blog está compuesto por contenidos. El texto, mejor o peor, tiene que salir. Habrá textos que de verdad se notará que nos los hemos currado y la gente los alabará. Habrá otros menos afortunados o que pasarán sin pena ni gloria.
Es algo absolutamente normal. Pero el blog tiene que avanzar, tiene que seguir funcionando. Las faltas de ortografía siempre se pueden corregir en el futuro.
Y otro punto importante: no hace falta ser un Mario Vargas Llosa para hacer un blog. Hay blogs que están escritos con una retórica exquisita, pero no los lee ni el tato. Y hay otros que tienen una manera de expresarse más de andar por casa, y también comete errores ortográficos. No obstante, la gente los lee porque, pese a los errores, son más cercanos y el contenido interesa.
¿Crees que cometes faltas de ortografía habitualmente al escribir? ¿Qué método utilizas para tratar de evitarlas al máximo?