Leí El Quijote siendo un adolescente. Tardé en leerlo, pero me resultó una experiencia grata. Una de las cosas que me llamaron la atención fue la longitud de las frases en castellano antiguo. Es de lo más enrevesado que haya visto nunca, pero al mismo tiempo, soy muy consciente de que estoy ante una obra clásica.
Antes se utilizaban más palabras que ahora. El uso del idioma ha ido simplificándose cada vez más. En principio esto no tendría nada de malo, porque las personas también han cambiado. Las frases que utilizamos tienen que adaptarse a la audiencia; debemos ajustarnos al tipo de lector que encontramos para comunicarnos.
Si te cuento todo esto, es porque pienso en la importancia de las frases cortas para el copywriting. Algo que vemos en el periodismo y también en las novelas más modernas, donde el hecho de encadenar subordinadas y más subordinadas, no es una virtud en sí mismo, sino un defecto.
Índice
Si puedes expresar una idea con una sola frase, mejor que con dos
No se trata de ser escuetos, sino de causar impacto. Las frases largas y enrevesadas hacen que el lector se pierda por el camino. En algún momento, su atención se ha extraviado.
Puede que a la hora de hacer literatura, podamos permitirnos más licencias. Pero no a la hora de usar la escritura persuasiva. No a la hora de vender tu producto o servicio.
Si hay algo que tienes que evitar a toda costa, es que el lector se caiga de la frase.
- Las frases demasiado largas implican un mayor esfuerzo mental. Tienes que seguir el hilo. No todo el mundo las capta a la primera.
- No dan pie a jugar con la doble velocidad de lectura. Piensa sólo en este concepto: las frases subordinadas. No las puedes entender si las aíslas del resto. Tienes que leerlo todo para enterarte de la idea.
En otras palabras, corres un mayor riesgo de no lograr tu objetivo. Persuadir a tu cliente potencial para que realice una acción, o tenga una percepción sobre ti.
Aprovecha las ventajas de lo simple para causar impacto
Lo corto y sencillo causa un mayor impacto. La razón es evidente; llegas a la mente de tu lector en menos tiempo.
Si quieres causar impacto, las frases cortas te ayudan a lograrlo más fácilmente. Obligas al lector a seguir el ritmo narrativo. Evitas bostezos y desapariciones repentinas.
En Internet la inmediatez es lo que cuenta. Estás compitiendo con miles de «ladrones de tiempo» que se pueden meter a tu cliente en el bolsillo.
Si aburres a los usuarios, nunca te lo perdonarán.
En cambio, con las frases cortas logras cautivar a tu lector. Es como esas melodías que te dan ganas de seguir escuchando con tan sólo oír las primeras notas.
Es muy difícil conectar con tu cliente cuando te andas mucho por las ramas.
El tiempo de tu cliente es muy valioso, así que es mejor no hacérselo perder.
El arte de combinar frases
Cuando hablo de la importancia de las frases cortas, no quiero decir que no haya que hacer nunca frases largas.
Para que haya ritmo, tienes que utilizar las dos.
Cada frase sirve como de contrapunto a la anterior. Si todo fueran frases y párrafos cortos, resultaría muy confuso para el usuario. Le faltaría información. Sería un discurso entrecortado, con interferencias.
Ni tú, ni yo queremos que eso ocurra con los textos de tu web. Porque hay que concebir cada artículo redactado como un conjunto, como si se tratara de un cuadro en el que tiene que haber armonía.
Si usas demasiadas frases cortas, puede resultar muy abstracto. Si en cambio te prodigas con parrafadas interminables, llenas de coordinadas y subordinadas, y parece que nunca llega el punto y aparte, y que empieza a agotársete el aliento, entonces estás siendo demasiado barroco.
No hagas perder el tiempo a los lectores. Si no vas al grano, tu mensaje no quedará claro y no conseguirás lo que quieres.
Evita los «ladrillos» y nos evitarás un dolor de cabeza
¿Qué sensación te produce cuando ves un texto interminable, con párrafos de 10 o 15 líneas?
¿No notas algo así como un mareo, como si en lugar de estar ante un texto atractivo, te encontraras ante un hormiguero con tan poco espacio que las hormigas se suben unas encima de otras?
Yo no sé a ti, pero ya tiene que interesarme algo mucho para leer párrafos muy largos. No puedo con ellos. Me parecen auténticos ladrillos, independientemente de su contenido.
No quiero que me entiendas mal: una cosa es leer el Ulises de Joyce y disfrutar de la lectura, y otra muy diferente que para enterarte de las ventajas de un producto tenga que sacar la lupa y subrayar para enterarme de lo que me dicen.
Leer un texto literario me apetece; pero para lo segundo necesito que me den información rápida y práctica.
Escribir los textos de la web de tu negocio no consiste en acumular ladrillos para posicionar bien en Google.
Si quieres transformar tus ladrillos en diamantes que deslumbren a tus potenciales compradores, sólo tienes que escribirme un correo.